
Los premios Oscar al mejor maquillaje y peluquería (II)
Seguimos nuestro paseo cinematográfico de la mano de los premiados al mejor maquillaje y peluquería en los Oscar. Después de que en los 80 el gremio de maquilladores y peluqueros reivindicase su papel en la industria y consiguiera que la Academia premiase su trabajo, en la década de los 90 se consolida su prestigio. No hay que olvidar, ojo, que el Oscar a mejor maquillaje y peluquería se considera, todavía a día de hoy, un premio menor, y en ocasiones se interpreta como un premio de consolación para aquellos títulos que aspiraban a mejor película o dirección.
Dick Tracy, 1990
Basada en el cómic homónimo y dirigida por el mismo Warren Beatty, el estilo de la película era colorido y expresionista, y para la caracterización de los personajes no se escatimó en maquillaje y prótesis faciales. Algunos de ellos, como el que interpretaba Al Pacino, necesitaban más de cuatro horas de maquillaje. La película también recibió el BAFTA a mejor maquillaje de aquel año.
Terminator 2: el juicio final, 1991
A principios de los años noventa las imágenes generadas por ordenador (CGI) en el cine ya eran una tecnología habitual. Terminator 2 empleó CGI (con el terminator de metal líquido) y también efectos tradicionales, de los que se encargó el departamento de maquillaje. La cara de Schwarzenegger agujereada por las balas y su brazo mecánico, por ejemplo, eran obra del virtuosismo de los maquilladores, que recibieron un Oscar y también convirtieron en icono a la máquina que debía matar a John Connor.
Dracula de Bram Stoker, 1992
A menudo el Oscar a mejor maquillaje y peluquería se lo llevan títulos donde el envejecimiento de los actores o la creación de monstruos y seres fantásticos eran el reto principal de los maquilladores. En Dracula de Bram Stoker había las dos cosas. El personaje interpretado por Gary Oldman es mostrado en sus diferentes fases de transformación (el viejo conde, el joven, el monstruo) además guardando una armonía y cohesión en la caracterización de todos ellos que en ocasiones no es fácil de conseguir.
Mrs. Doubtfire, 1993
En Mrs. Doubtfire, Daniel (Robin Williams) pierde la custodia de sus hijos, y para poder verlos, se hace pasar por una baby sitter inglesa de 70 años. El equipo de maquillaje diseñó para el actor unas prótesis de látex que le cubrían todo el rostro y que estaban divididas en varias piezas para conseguir más expresividad. Después había que pintar cada una de las manchas y arrugas del personaje cada día.
Ed Wood, 1994
El premio se lo llevó la ya oscarizada Ve Neill (Beetlejuice, El resplandor), la última vez el año anterior con Mrs. Doubtfire. En esta ocasión lo compartió con Rick Baker, otro prodigio del maquillaje para el cine (Un hombre lobo americano en París, Harry y los Hendersons). En Ed Wood hizo falta recrear el cine de ciencia ficción de serie B de los años 50, como Plan 9 del espacio exterior, considerada una de las peores películas jamás filmadas.
Braveheart, 1995
Durante el rodaje, Mel Gibson insistió en que Braveheart debía tener pintado en el rostro la cruz de San Andrés, símbolo de Escocia. Afortunadamente Lois Burwell, la maquilladora de la cinta, le convenció con el diseño que finalmente ha pasado a la historia. Burwell también estará nominada de nuevo 3 años después por Salvar al soldado Ryan.
El profesor chiflado, 1996
Remake de la película de Jerry Lewis de 1963, El profesor chiflado sigue la misma fórmula que funcionó en Mrs. Doubfire: transformar mediante las prótesis y el maquillaje a un actor fetiche de la época, en este caso a Eddie Murphy, que en los 90 también se encontraba en la cima de su carrera.
Men in Black, 1997
También bajo la dirección de Rick Baker en el departamento de maquillaje (en total habrá ganado siete veces el Oscar), Men in Black tenía también muchas papeletas para ser la ganadora: los maquilladores pudieron lucirse con la creación y el diseño de todas las especies alienígenas que aparecen en la película. No es de extrañar que también estuviese nominada a la mejor dirección artística de ese año.
Elizabeth, 1997
Protagonizada por Cate Blanchett y dirigida por Shekhar Kapur, un extraño para Hollywood en aquel momento, Elizabeth estuvo nominada a prácticamente todo, pero sólo se llevó la estatuilla para el Oscar al mejor maquillaje. No había discusión posible: la película consiguió recrear la Inglaterra del siglo XVI de manera espectacular, y uno de los puntos de apoyo para lograrlo fue la peluquería y el maquillaje.
Topsy-Turvy, 1999
Christine Blundell, que en la actualidad dirige una academia de maquillaje para cine y televisión en Londres, fue la ganadora del Oscar a mejor maquillaje ese año por Topsy-Turvy. También recogió un BAFTA y estuvo nominada en los British Independent Film Awards. Desde entonces tiene más de 50 títulos a sus espaldas.